En la mayorÃa de las lenguas (Romances y no derivadas del latÃn) es posible encontrar un caso vocativo, el cual casi siempre es igual o muy similar al nominativo, pues está llamando al sujeto.
El vocativo va muy ligado al imperativo, pues en Español se llama a este sujeto para que realice una acción determinada, un ejemplo puede ser:
Mamá, dame dinero.
Analicemos palabra por palabra esta oración y veremos la razón de ser del vocativo.
MamáMater: Esta palabra se encuentra en caso vocativo, porque es el sujeto al que estamos llamando, sigamos analizando para ver más a fondo el asunto.
dameda mihi: Es el imperativo presente de la segunda persona singular, lleva la partÃcula personal ME, que indica el objeto indirecto en español (no siempre).
dineropecuniam: Es el objeto directo de DAME, en latÃn irÃa en acusativo.
Como podemos observar, se ordena a la madre que de dinero a la persona que está hablando, de ninguna manera la madre es el sujeto de esa oración, pues el verbo está en modo imperativo.
En español, y en latÃn, el caso vocativo introduce un sujeto apelado o llamado, al que se ordena realizar alguna acción (puede haber alguna variante, aunque no se me ocurre ninguna), de ninguna manera juega un papel “especial” en la sintaxis latina y sólo ha sido separado de los demás porque presenta ligeros cambios en la segunda declinación y en casos muy especiales de traducción.